El
castillo, y sus brujas.
Un día de invierno una
niña pequeña y delgada llamada María le temía profundamente a un castillo que
había al frente de su casa, una mañana su hermano mayor le dijo; -María te
apuesto que no te atreves a acercarte al castillo de al frente.
-Camilo si me atrevo- Dijo
María temerosa.
Su hermano Camilo era
valiente y maduro no le temía a nada, pero era malo con su hermana pequeña. Al
atardecer María y el fueron a buscar a sus amigos para que los acompañaran al
castillo, luego llegaron todos juntos al castillo, María no avanzaba le daba
mucho miedo por lo cual su hermano la empujo para que avanzara.
El castillo estaba
abandonado entraron todos incluso María, tiritaba, sintieron ruido en el
segundo piso eran risas y gruñidos los niños se asustaron incluso Camilo que
era el mayor.
María río y dijo:
-Ahora quién teme-. Subieron, las escaleras y gruñían y de repente apareció un
gato negro, todos dieron un salto y bajaron corriendo luego de unos minutos
decidieron subir y ver de quién y de dónde venían las risas y murmullos,
subieron y entraron a una habitación quedaron Ploop cuando vieron a dos viejas
feas vestidas de negro. Una dijo; -Los estábamos esperando-. Los niños temían
mucho, María se puso a llorar y una de sus amigas se desmallo.
-Dime que hacemos con
estos pequeños- Dijo una de las viejas.
Los niños intentaron huir
y no pudieron, la puerta estaba con pestillo o llave no supieron, luego de unos
minutos todos lloraban angustiados vino unas de las señoras y dio la vuelta y
les dijo: -uno no tiene que meterse a casas que no son de uno-. María se dio
cuenta que todo era una broma las dos señoras eran su madre y su tía, la madre
les conto que escucho su conversación de María y Camilo, y decidieron hacerles
una broma para que aprendieran, y esa casa estaba abandona y fea hace años y
desde hay los niños decidieron no meterse donde no debían.
Autoras: Romina Lagos.
Yerubit Stuardo
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