viernes, 4 de diciembre de 2015

El castillo, y sus brujas.
Un día de invierno una niña pequeña y delgada llamada María le temía profundamente a un castillo que había al frente de su casa, una mañana su hermano mayor le dijo; -María te apuesto que no te atreves a acercarte al castillo de al frente.
-Camilo si me atrevo- Dijo María temerosa.

Su hermano Camilo era valiente y maduro no le temía a nada, pero era malo con su hermana pequeña. Al atardecer María y el fueron a buscar a sus amigos para que los acompañaran al castillo, luego llegaron todos juntos al castillo, María no avanzaba le daba mucho miedo por lo cual su hermano la empujo para que avanzara.

El castillo estaba abandonado entraron todos incluso María, tiritaba, sintieron ruido en el segundo piso eran risas y gruñidos los niños se asustaron incluso Camilo que era el mayor.

María río y dijo: -Ahora quién teme-. Subieron, las escaleras y gruñían y de repente apareció un gato negro, todos dieron un salto y bajaron corriendo luego de unos minutos decidieron subir y ver de quién y de dónde venían las risas y murmullos, subieron y entraron a una habitación quedaron Ploop cuando vieron a dos viejas feas vestidas de negro. Una dijo; -Los estábamos esperando-. Los niños temían mucho, María se puso a llorar y una de sus amigas se desmallo.

-Dime que hacemos con estos pequeños- Dijo una de las viejas.

Los niños intentaron huir y no pudieron, la puerta estaba con pestillo o llave no supieron, luego de unos minutos todos lloraban angustiados vino unas de las señoras y dio la vuelta y les dijo: -uno no tiene que meterse a casas que no son de uno-. María se dio cuenta que todo era una broma las dos señoras eran su madre y su tía, la madre les conto que escucho su conversación de María y Camilo, y decidieron hacerles una broma para que aprendieran, y esa casa estaba abandona y fea hace años y desde hay los niños decidieron no meterse donde no debían.

Autoras: Romina Lagos.
              Yerubit Stuardo

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